De ascendencia japonesa, Alberto Fujimori supo seducir a un Perú con altos índices de inflación, marginación y violencia de grupos terroristas. Paseándose con un tractor y bajo el lema de Honradez, Tecnología y Trabajo en junio de 1990 Alberto Fujimori logra sorpresivamente en segunda vuelta electoral derrotar al escritor Mario Vargas Llosa e iniciar uno de los mandatos más controvertidos de la historia del Perú.

El ascenso de Alberto Fujimori se da en circunstancias en el que políticos de corte neoliberal o tecnócratas asumen el poder en América Latina, personajes como Carlos Salinas de Gortari en México, Carlos Saúl Menem en Argentina, Fernando Collor de Mello Brasil o Abdalá Bucaram Ortiz en Ecuador llegaron a la presidencia de sus países por vía de las urnas.

No obstante, de haber sido electo democráticamente, a dos años de ejercer el poder, el Congreso le negó facultades extraordinarias para legislar lo que llevo un enfrentamiento entre el Presidente y el poder legislativo. Fujimori consideró al Congreso como un poder obstruccionista, por lo que su entraña autoritaria no se hizo esperar y con la ayuda del Ejército da un golpe de Estado al disolver el Congreso y reorganizar el poder judicial, anunciando la creación de un gobierno emergencia nacional. Dicho golpe permitió su reelección en 1995.

Su encumbramiento político llegó a su máximo esplendor en septiembre de 1992, con la captura del “Presidente Gonzalo” Abimael Guzmán y otros líderes de Sendero Luminoso, un grupo maoísta de liberación nacional que con el tiempo cruzó la línea delgada de la violencia y se convirtió en un grupo terrorista responsable de numerosos atentados en el Perú. Amnistía Internacional responsabilizó a Sendero Luminoso de casi el 54% de los muertos y desaparecidos 12,500 víctimas fatales: 11,000 civiles asesinados y 1,500 desaparecidos. Ha sido de reconocimiento internacional el trabajo de investigación que llevó a cabo la policía peruana conocido como Operación Victoria, que a pesar de la falta de tecnología de punta dio seguimiento con trabajo de inteligencia a sus principales dirigentes hasta lograr su ubicación, captura y desmantelamiento de la organización.

En noviembre de1996 su gobierno enfrentaría nuevamente otro episodio violento, ahora con repercusiones internacionales. La embajada del Japón en Perú celebraba los festejos del natalicio del emperador Akihito con alrededor de 800 invitados entre los que se encontraban políticos, empresarios, diplomáticos cuando irrumpieron violentamente integrantes del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) y tomando a todos los invitados como rehenes, iniciando inmediatamente una serie de negociaciones con el MRTA, que demandaban terminar con la injerencia del Gobierno Japonés, la política económica, violaciones a los derechos humanos y liberación de presos políticos. Dicha toma duró más de 100 días, hasta que mediante una operación militar de élite el Ejercito mediante la excavación de túneles logra ingresar a la embajada, liberar a los rehenes y ejecutar a todos los integrantes del MRTA.

Un personaje clave en su ascenso al poder es sin duda su siniestro jefe de inteligencia Vladimiro Montesinos. Montesinos prominente abogado del Perú se une a la aventura política de Fujimori defendiéndolo de acusaciones fiscales y se vuelve indispensable no solo para su campaña sino también para su posterior gobierno. Al igual que Gobbels, Montesinos supo ser un segundo de abordo que desde las sombras acumuló un gran poder entre militares y políticos.

Con Montesinos a su lado, las violaciones a los derechos humanos se volvieron en una práctica cotidiana que los llevaron a ambos en 2009 a prisión. Fujimori fue acusado por violaciones a derechos humanos por los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta, ocurridos en 1991 y 1992 respectivamente, acciones en las que militares ultimaron a 25 personas. Fujimori sale de prisión mediante un indulto que le concedió en 2017 el entonces presidente, Pedro Pablo Kuczynski, a pesar de lo resuelto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Actualmente el ser presidente del Perú se ha vuelto una profesión de alto riesgo. A partir del enjuiciamiento de Alberto Fujimori, todos los presidentes del Perú han sido encarcelados sin excepción, pareciera que la tentación autoritaria que practicó Fujimori es un mal presagio para quien aspire a ser Presidente.

investigación por «SERGIO ARIAS»

imagen de www.latimes.com