Una publicación reciente en el diario «The Sunday Times» revela que el fármaco pregabalina, recetado para el dolor neuropático y la ansiedad, ha sido vinculado con al menos 3,400 muertes en los últimos cinco años en el Reino Unido.
Aprobado por la FDA en 2004, este anticonvulsivante ampliamente prescrito plantea serias dudas sobre su seguridad y control de uso. Entre 2021 y 2022, se estima que al menos 8 millones de personas fueron recetadas con pregabalina, y en el último año se reportaron 779 muertes relacionadas con este fármaco, 9 más que la década anterior.
Aunque no pertenece al grupo de los opioides, la pregabalina puede generar dependencia y sumarse a otros medicamentos aumentando el riesgo de muerte. Los efectos secundarios de la pregabalina van desde somnolencia y mareos hasta dolores de cabeza, problemas de erección y cambios de humor.
Su capacidad para bloquear señales nerviosas en el cerebro y el sistema nervioso periférico puede ser peligrosa cuando se combina con otros depresores del sistema nervioso central, especialmente en pacientes con EPOC y adultos mayores.
Es importante estar alerta ante los riesgos asociados con el uso de pregabalina y consultar con un profesional de la salud antes de iniciar o modificar su consumo. La seguridad y bienestar de los pacientes deben ser una prioridad en el uso de este medicamento.
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